Baladas para una despedida

 

La noche de ayer, el cantautor y compositor español José Luis Perales dijo adiós a los escenarios entre fuertes aplausos y ovaciones del público mexicano. El auditorio nacional completamente lleno fue testigo sin duda de una noche mágica e inolvidable.

Por Antonio Uri

En medio de una noche con una fuerte lluvia atípica en pleno mes de Marzo, José Luis Perales uno de los mas grandes cantautores de habla hispana se presento con gran éxito en el auditorio nacional, con ello se despedía del publico mexicano permanentemente. “Baladas para una despedida” en medio una enmendadura que borra la palabra despedida por “bienvenida”, es el nombre que lleva la gira que ha embarcado al español a recorrer las principales ciudades de su país y el continente americano.

El publico comenzó a llegar al recinto de reforma desde las 7 de la noche, mas temprano de lo acostumbrado, ya que el trafico que usualmente se presenta en la zona después de las 6 de la tarde y la lluvia complicaban la llegada de los asistentes. Los mexicanos se han distinguido por ser un publico fiel y así lo demostraron la noche de ayer, quienes emocionados al ver los anuncios y las fotos de Perales afuera del recinto; comenzaron a tomarse fotos –“me voy a tomar una selfie”- le decía una señora emocionada a su hija.

Alrededor de las ocho con cuarenta y cinco minutos de la noche dio comienzo el concierto a petición de un publico eufórico que con aplausos y chiflidos exigían que el baladista apareciera por fin en el escenario, basto con que se apagaran las luces y los primeros acordes para despertar al coloso de reforma. Entre gritos de emoción dio comienzo aquella inolvidable velada, el escenario se ilumino de un color azul eléctrico destellante y de las modernas pantallas led emanaban luces brillantes  como si fuesen estrellas. 

El sonido envolvente de las percusiones y finas guitarras parecían abrazar al publico y de inmediato  provocaron un ambiente de calidez y nostalgia, de pronto la voz grave y suave del gran José Luis Perales se dejo escuchar –“hoy quiero despedirme con una despedida, y quiero una promesa cargada de mentiras, no creo en los abrazos vacíos de ternura y creo en el regreso que no regresa nunca…”–. Con una camisa negra sencillo y elegante a la vez, con su voz intacta al paso del tiempo y su talento presentes en el escenario, demostrando claramente por que por más de cincuenta años de trayectoria artística sigue en el gusto del público.

En medio de un aplauso apabullante que agradeció llevándose los brazos a los hombros y haciendo una reverencia al publico presente,  la nostalgia dio paso a la energía y el recuerdo, -“me llamas para decirme que te marchas que ya no aguantas mas, que ya estas harta, de verle cada día”- así comenzaba un viaje al pasado y un recorrido por sus grandes éxitos. Al terminar de entonar su segundo tema aprovecho para tomarse un minuto y dirigirse al publico que lo acompañaba –“Gracias por estar aquí, gracias de verdad, que por cierto ya era hora”- comentario que hacia alusión a que el talentoso español debió esperar dos años para despedirse de México debido a la cancelación de eventos masivos debido a la pandemia relacionada a la Covid-19.

Interrumpido constantemente por fuertes aplausos y gritos de -“no te vayas, te amamos”- siguió con temas emblemáticos de su repertorio como “Si” y “Celos de mi guitarra” antes de entonar esta ultima no pudo evitar sentir nostalgia y compartió con el publico la anécdota de como en el año de 1973 comenzó su historia de éxito con este tema en países como España, México y Argentina. Antes de seguir con temas como “Y te vas” recibió una calurosa ovación de pie que duro mas de un minuto. Acompañado de diez músicos Perales hizo vibrar literalmente al auditorio nacional.

El famoso cantautor español siguió con las anécdotas y le confeso a su público que en un principio el no quería ser cantante que el comenzó escribiendo canciones como un pasatiempo o un hobbie por que realmente le apasionaba la música –“aunque yo pensaba en… ¿quien podría cantar una canción mía?”- “y un buen día llego el grupo Mocedades con unas voces preciosas y ellos grabaron esta canción”- dijo, de inmediato los aplausos y los gritos de emoción se hicieron presentes y dio paso al tema “Le llamaban loca” el cual originalmente grabo en un principio el famoso grupo Mocedades, las interesantes anécdotas hicieron de este concierto algo muy especial para los presentes.

 

 

 

Así continuo alternando sus increíbles historias de vida, con su más grandes éxitos  y explico que su canción más famosa y vendida hasta el día de hoy es el tema “Por que te vas” interpretado por la cantante Jeanette,  que fue el soundtrack de una película llamada “Cría de Cuervos” dirigida por Carlos Saura, no podían faltar los relatos  de su gran trayectoria como compositor y temas como “Creo en ti” y “Celos” compuestos para otros talentosos cantantes de la década de los 80´s como Miguel Bosé y Daniela Romo respectivamente.

Otro momento intimo que compartió el maestro durante la noche fue cuando antes de interpretar el tema “Pensando en ti” recordó cuando le encomendaron producir el disco “Marino de Luces” de la famosa cantante española Isabel Pantoja, -“Isabel estaba pasando por un momento muy difícil, acababa de perder a su marido y yo tenia que encargarme de todos esos sentimientos, así fue como nació uno de estos temas”- expreso.

Al paso del tiempo que no se percibía, Perales interpreto, como el solo sabe hacerlo sus mas grandes éxitos como “Dime”, “Gente Maravillosa”, “Canción de Otoño” y “Que canten los niños” donde el público claramente eufórico lo acompaño coreando esta canción y encendiendo sus celulares iluminando todo el recinto de luces brillantes.

La gente seguía ovacionándolo de pie; de pronto se hizo el silencio y el solo pronuncio “Mirándote a los ojos, juraría… que tienes algo que contarme”- esto basto para que la euforia se hiciera presente de las mujeres que asistieron al concierto, algunas comenzaron a gritar, otras a llorar y a encender sus celulares. Sin duda José Luis Perales no podía despedirse sin cantar su emblemática canción titulada “Y como es el”, versionada por cantantes como Marc Anthony.

José Luis Perales había consiguió aquella noche hacer realidad el sueño que muchos cantantes persiguen hoy en día, el público había permanecido de pie por mas de 15 minutos aplaudiendo y cantando como si una energía se hubiera apoderado de ellos, por un momento el público pensó que el concierto había terminado pero de pronto en un estallido de energía, los instrumentos musicales volvieron cobrar vida; comenzaron a escucharse los primero acordes del tema “Un velero llamado libertad”, la gente comenzó a bailar y aplaudir fuertemente al ritmo de esta canción.

Pero aun faltaba la cereza del pastel, en medio de esta magnifica interpretación, Perales le dio la bienvenida al mexicano Carlos Rivera, que causo una increíble ovación en el público ya que es actualmente uno de los cantantes juveniles mas importantes en México y recientemente había colaborado con el cantautor en la grabación a dueto de dicho tema. -“Gracias a dios y a la vida por permitirme estar con usted maestro”- “Hoy es mi cumpleaños y que mejor manera de compartirlo con usted, yo crecí siendo un niño, escuchando sus canciones que me ponía mi madre, como muchos niños mexicanos que se encuentran hoy aquí”- expreso Carlos Rivera al publico del cual se despidió con gran entusiasmo de haber podido compartir aquel mágico momento.

Finalmente José Luis Perales abrió los brazos, hizo un recorrido por todo el escenario de lado a lado, claramente conmovido y con nostalgia  comenzó a retroceder lentamente hacia el escenario mientras que su apellido aparecía en letras gigantes y cursivas, de color azul destellante en una pantalla led gigante. Así poco a poco el cantautor se perdió en la oscuridad diciendo adiós finalmente. Dicen que todo tiene un comienzo y un final en esta vida, y que casi siempre todos los finales son tristes, pero pocos tienen la dicha de irse felices, ¡en hora buena al maestro Perales!, que se apodero en esta noche del corazón de los mexicanos, que comenzó y se marcho con las manos llenas de éxito.